jueves, 5 de febrero de 2015

Inesperada marca.

He soñado, deseado y anhelado lo intocable de tu ausencia,
Escapado del perfume mismo que como oxígeno necesita mi organismo,
Intentado no encubrir ni descubrir ese tu que rompe barreras.
Escondida de las memorias que vuelven a mi día tras día,
Aterrando los sentidos que estructuran las murallas vigilantes de ti.
Tu sombra flotando suave sobre el ambiente dispersado de mi habitación,
Se desvanece el vaho humo de mis esfuerzos e infructuosos intentos,
Desaparecido el tacto firme para dejar la nada visible,
Iluminando mis ojos y cegandome de mundo fuera de este mundo.
Hogar, prisión curvilinea de éxtasis aprisionado y liberado,
Sobre el aire algodonado que los pies desnudos han pisado,
En el infinito de una pasión que arrasa con la falsa paz.
Pierdo y sigo cayendo en el abismo inmenso de momentos,
Otorgando eterno puesto dentro de las inexpugnables murallas,
Vuelvo a caer y caer en ti y en todo lo que eres,
En el significado vago, extensivo y abreviado, que sin haber pronunciado, has marcado.

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