Y cuando
volviste tu rostro ya era tarde, el árbol
estaba destruido y lleno de nostalgias,
la búsqueda de lo que poseías fue el pretexto
El
desencanto de lo que ya se había percibido, ahora se proyecta en una desoladora
realidad. Montañas de aflicción ahora encadenan la más bella de las melodías, la mariposa que revoloteaba en mi alma
desencadenando el más radiante júbilo ahora ha dejado el más perfecto de los vacíos.
Tus ganas de
mi perecieron, perecieron en un ayer distante donde solo mis recuerdos alcanzan
a llegar sin ningún destajo de realidad. Asiento mi cabeza y me situó dentro de
una inapelable realidad, donde soy víctima del amor pasajero y desvirtuado en
su totalidad.